Dependencia, se entiende como una situación en la que una persona con una diversidad funcional (mal conocida como discapacidad), necesita ayuda, técnica o personal para la realización (o mejora del rendimiento funcional) de una determinada actividad.

Este estado de dependencia, varia en función de varios factores, como: la edad, enfermedades, la falta o perdida de autonomía: física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria, o en el caso de personas con una diversidad funcional intelectual, o una enfermedad mental diagnosticada, de otros apoyos para su autonomía personal.
Para que una persona se encuentre en situación de dependencia, se tienen que dar cualquiera de estas 3 circunstancias:
- La existencia de una limitación en las funciones físicas, intelectuales, y sensoriales.
- La incapacidad para que esta persona realice por si misma las actividades básicas de la vida diaria, como: vestirse, asearse, comer, etc...
- La necesidad de asistencia por parte de una tercera persona, como por ejemplo un interprete de signos para personas sordomudas.
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